22 julio 2006

Las tecnologías digitales en la comunicación corporativa

Ayer mantenía una conversación con un manager, que, interesado por mejorar la comunicación en su equipo, se mostraba preocupado por el efecto de las nuevas tecnologías en la comunicación interpersonal, y como ejemplo expresaba sus dudas acerca de la aportación del correo electrónico a la mejora de las relaciones entre los individuos que trabajan en las empresas. En su percepción de que desde que se utiliza el e-mail en las organizaciones la comunicación ha empeorado, me preguntó mi opinión al respecto.

Como cualquier otra herramienta para la comunicación, digital o no, la bondad del e-mail reside en el uso que de él se haga, y ello depende directamente de la cultura organizativa de cada empresa.
Si una organización vive un clima de transparencia informativa y fomenta actitudes como la transmisión del conocimiento, el respeto interpersonal, la responsabilidad (apoyada por un 'empowerment' efectivo) y como consecuencia facilita la comunicación entre todos los individuos, los pros y contras del e-mail toman su justa proporción, tal como lo harían los de cualquier otro medio de relación.

En un entorno organizativo ideal en el que confluyeran estos aspectos, nos encontraríamos con que no se sustituye el e-mail por una conversación cuando se requieren respuestas immediatas, ni tampoco se utiliza el correo electrónico para cubrirse practicando la estrategia del avestruz, y así podríamos ir nombrando todos los malos usos que se pudieran imaginar. Sin embargo, en esta misma compañía, nos beneficiaríamos de la posibilidad de comunicarnos con más de un interlocutor sin la necesidad de tener que convocar reuniones, que supondrían buscar fechas coincidentes y desplazamientos, y con la posibilidad de interactuar respetando la gestión del tiempo de cada persona y salvando las distancias físicas. Aunque intuyo que, reflexionando algo más, podríamos encontrar más ventajas. El balance del uso del e-mail para esta organización sería claramente positivo.


Como con cualquier otro canal de comunicación -una conversación cara a cara, una página web, una conferencia o una conversación telefónica, por nombrar algunos-, lo realmente efectivo es hacer en cada momento un uso de los medios adecuado a las circunstancias y las personas que se ven involucradas, y en el entorno corporativo, es esencial que ese uso esté en línea con los objetivos del negocio. La tecnología aporta las herramientas, pero la responsabilidad reside en los líderes de las organizaciones, que deben utilizarlas como instrumentos estratégicos que facilitan sin duda la consecución de los objetivos empresariales y crear un clima propicio en el que las personas -líderes y componentes de los equipos- puedan decidir el uso más conveniente de cada canal de comunicación en función del mensaje, los interlocutores, las circunstancias en que se transmite y otros factores.

El problema, y esto sería un tema para otro post, es que la tecnología ha experimentado una evolución tan vertiginosa que, en muchas organizaciones, ésta se ha anticipado a la capacidad de la misma empresa para entender lo que le aporta y, lo más importante, aprender a gestionarla de forma estratégica.


¿Estáis de acuerdo conmigo?

13 julio 2006

Marketing o el arte de crear valor para el cliente

"Marketing is not the art of finding clever ways to dispose of what you make. It is the art of creating genuine customer value" afirma Philip Kotler.

He recordado esta definición cuando hoy me contaba una persona conocida, que trabaja con el equipo de marketing de una gran empresa multinacional, que la habían invitado a una reunión en la que se iba a presentar el proyecto para participar en una importante feria sectorial. Aceptó la invitación y asistió a la siguiente situación:

Tras exponer el diseño del stand, el equipo empezó a discutir acerca de qué productos se iban a destacar en las fotografías de las paredes, que sustituían a los paneles utilizados en años anteriores. Es decir, lo que se expusiera en aquellas fotografías sería todo lo que el cliente vería. Durante más de veinte minutos, todo el equipo, sin excepción, se dedicó a hacer 'inventario' de los productos que tenía en catálogo y que hacía décadas que producía la compañía.

Nadie mencionó a los clientes, nadie habló de la competencia, nadie habló de nuevos productos, nadie había investigado el mercado. Al final de la reunión, ella preguntó qué objetivos se había fijado la organización para aquel evento. La respuesta fue muy simple: es un tema de imagen, sólo vamos para tener presencia.

Preocupante, ¿no?

08 julio 2006

A propósito del blog

Han pasado varios meses y muchas experiencias desde que decidí hacer un máster en comunicación empresarial. También han transcurrido algunos años desde que despertó mi interés por la comunicación corporativa y empecé a hacer propuestas y algunas acciones sin definirme profesionalmente aún. Hasta hoy algunos reconocimientos muy motivadores, pero sobre todo dedicación, lecturas, trabajos y experiencias. Últimamente, además, buenas conversaciones con compañeros, profesores y profesionales del mundo de la comunicación y la empresa, a los que me siento agradecida por haberme hecho comprender que este intercambio es la mejor manera de crecer personal y profesionalmente.

Ahora toca salir al campo y jugar el mejor juego posible, aplicar, con un enfoque profesional -ahora sí-, los conocimientos adquiridos y aportar a las empresas aquello que hasta el momento hemos compartido sólo entre los que teníamos esa inquietud por el mundo de la comunicación.

Nada más satisfactorio que iniciar esta etapa manteniendo las buenas conversaciones. Me gustaría que este blog se convirtiera en un espacio donde compartir y discutir ideas y experiencias, un lugar para el debate abierto. Nuestro 'picnic' de los sábados. Yo cocino. Estais todos invitados.